Si en algo todos podemos estar de acuerdo, es que la inversión es una de las mejores vías para el desarrollo y sólido progreso. Si se utiliza para infraestructuras, agua potable y desagüe, mucho mejor. Sin embargo ¿Qué sucede cuando estas solucionan un problema pero nos dejan uno mayor?
Es por este motivo, que vecinos y pescadores artesanales de los distritos de Santa María, San Bartolo, Punta Hermosa y Punta Negra en el Sur de Lima, organizaron el último viernes 26 de agosto, un plantón pacífico denominado: Salvemos el MAR que nos dará de TOMAR.
Desde las 10 de la mañana más de 50 personas entre pescadores, defensores de ambientales, oceanógrafos y residentes de los balnearios, se citaron en la av. Canaval y Moreyra con Paseo de La República, exactamente en las puertas de Petroperú, donde hicieron conocer, por enésima vez, su voz de protesta contra el proyecto PROVISUR.
¿En qué consiste el proyecto?
Pues bien, todos sabemos que uno de los principales problemas de los distritos del sur limeño mencionados anteriormente, es el desabastecimiento de agua potable, situación que vienen padeciendo hace años. Para remediar este problema, el Ministerio de Vivienda puso sobre la mesa la idea de convertir el agua de mar en agua potable. Para ello se utilizaría una planta desalinizadora que haría todo el trabajo mediante un tubo subterráneo de un poco más de 600 metros de longitud, que pasaría por Santa María hasta llegar al océano. La obra fue aprobada por el Estado y es respaldada por SEDAPAL.
Sin duda, una interesante propuesta que podría ser la solución final a la falta de agua, pero para los vecinos y pescadores artesanales de los balnearios, esto solo sería el comienzo para un problema mayor.
Aunque el Ministerio de Vivienda, ha mostrado documentos “validando” el estudio de impacto ambiental que se realizó para saber si la obra cumplía con toda la normas, las comunas, entre ellos ecologistas especializados en el tema y oceanógrafos, han salido a desmentir dicho estudio, señalando los baches que este proyecto tiene.
Para entender un poco más el problema, tenemos que saber que “ósmosis inversa” es la técnica que se adoptaría para la desalinización. Consiste en un proceso de alta presión que convierte el agua del mar en industrial. Para este proceso, el agua del océano es absorbida mediante un extenso tubo y filtrada en las plantas desalinizadoras, que retienen las moléculas más grandes de sal y otros elementos químicos e inorgánicos, y estos mismos junto con la salmuera son devueltos al océano. Es aquí que surge el problema.
“Los tubos que se pretenden extender hasta el océano tienen una longitud de 650 metros, esto ha sido aprobado por el ANA (Autoridad Nacional del Agua). Pero estudios posteriores, hechos por el Instituto del Mar del Perú (IMARPE), aseguran que por efecto de las corrientes estas aguas regresarán contaminando no solo la playa de Santa María sino playas más al norte (San Bartolo, Punta Hermosa, Punta Negra)." comenta Flavio Benítez, consultor ambiental y biólogo de profesión, que hace hincapié del grave problema que esto puede arrastrar.
“Este tipo de contaminación sin duda es letal para la biodiversidad marina de la zona. Los bañistas y deportistas que recurren a estos balnearios y la pesca artesanal, ya que muchos peces de consumo humano podrían contaminarse. Además, las plantas se encuentran en zonas pobladas, otra situación para nada factible”.
Tanto Benítez como los vecinos y pescadores no están en contra de esta obra, solo piden que el proyecto sea revisado y replanteado, además de hacerse el estudio ambiental correcto:
“Lo que se plantea es hacer la tubería más larga, casi 2 kilómetros para litigar y minimizar los efectos de la contaminación. Y en realidad, lo que se sugiere en estos procesos de saneamiento, es que las aguas residuales se deben reusar para riego. La norma ambiental da esa opción, entonces ya no regresaríamos al mar nada, la usaríamos para las áreas verdes y así hacer el proyecto más viable”, concluye Flavio Benítez.
El estudio ambiental presentado por los mismos vecinos, ha sido aprobado por IMARPE, y a pesar que fue expuesto en reuniones anteriores frente los responsables de este proyecto, los representantes de los distritos aseguran que les han dado la espalda, mencionándoles que el proyecto es un hecho y que se trabajará en base al primer estudio ambiental.
Sin embargo, aquí un hecho que podría quedar para la imaginación, es que el estudio realizado por los que están detrás de este proyecto, no ha sido in situ, es decir, no se realizó en el lugar con oceanógrafos capacitados. Fue aprobado y firmado desde un escritorio.
Si bien es cierto, el desabastecimiento de agua potable es el principal problema de los cuatro distritos más populares del sur de Lima. Como lo mencionado en un principio, invertir podría ser la solución para acabar con ello, sin embargo, esas inversiones que se requieren tienen que ser bien hechas. No pretendamos tapar un hueco para luego dejar una zanja.
“Salvemos al MAR que nos dará de TOMAR”