Mike Stewart es la leyenda viva del Bodyboard donde ya ha ganado nueve títulos mundiales. A los 55 años, sigue en buena forma, todavía corre el circuito mundial y muy recientemente, a principios de octubre, estuvo por Nazaré para competir en la etapa de la APB Tour. Es decir, sigue ayudando a elevar el nivel.
Pero, además del bodyboard, Mike Stewart también es conocido por sus hazañas en Bodysurf. Por 15 veces ha ganado el campeonato internacional que tiene lugar anualmente en Pipeline, una especie de prueba mundial de la modalidad.
Recientemente fue invitado a unirse a un equipo bodysurfers en Tahití. El gran objetivo era enfrentar a Teahupoo y producir algunas fantásticas imágenes. El swell era sólido y, como tal, el pionero no dudó en aceptar la invitación. Sin embargo, una de las sesiones no contó con el mejor desenlace y Mike acabó por sentir en la piel, literalmente, la furia del famoso reef de la Polinesia Francesa.
"En la última ola descubrí una nueva técnica que me llevó a ser más rápido, directamente desde el tubo a la pared. Intenté ir más rápido y salir al frente de la espuma. La idea era penetrar mejor en la cara de la ola y salir, evitando ser aspirado hacia el reef. Bueno, fue un error miserable. Al sumergirme en la ola sentí aquella sensación de mi cuerpo a ser chupado. Al principio parecía estar en cámara lenta, pero luego fui muy rápido y salí disparado hacia la banco de arrecife", explicó la leyenda del bodyboard a su cuenta de redes sociales.
Según Mike, las lesiones sufridas fueron las más graves que ya tuvo a lo largo de su carrera y esta fue sólo la segunda vez que fue forzado a recibir puntos en la piel debido a accidentes en el surf.
"Una lección muy dolorosa que no pretendo repetir", terminó por garantizar la leyenda que esta vez no escapó a la furia de la bestia.
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