Solo bastan 30 minutos, y ni siquiera conocimientos mínimos de navegación. Las tablas de surf se han consolidado durante el verano marroquí como uno de los mejores sistemas para cruzar cerca 14,4 kilómetros del Estrecho de Gibraltar y llegar hasta aguas españolas.
Los conflictos políticos y sociales en Marruecos han obligado a sus habitantes a buscar lugares mejores fuera de sus tierras eligiendo España como punto central por su cercanía. Y es ahí donde se arman de valor para cruzar el Atlántico a través de tablas de surf.
Y aunque no es el único medio que utilizan, también están las balsas de madera, botes inflables, llantas, remos, kayaks, motos acuáticas y hasta puertas de casas como la opción más accesible. Sin embargo las tablas de surf se han vuelto entre los más solicitados por los inmigrantes debido a la creciente popularidad del deporte en sus costas, además de pasar desapercibidos como turistas una vez llegado a su destino.
Si bien es cierto este método de migración sobre una tabla de surf para cruzar el océano no es reciente, ha ido incrementando sus cifras cada año y no solo en Marruecos, países como Siria, Iraq, Nigeria, Palestina, Bangladesh, Costa de Marfil, sobre todo procedentes de África y Asia Menor, han comenzado a utilizar con más frecuencia el surf para llegar a mejor destino.
Aunque puede escucharse divertido, la cierto es que se vuelve una verdadera pesadilla para los inmigrantes (niños, jóvenes y familias enteras) quienes en su afán de escapar, se aventuran sin ningún conocimiento, la mayoría de ellos son arrastrados por las corrientes del Mediterráneo y desaparecen sin dejar rastro en el medio del océano.
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